Según un estudio de la Universidad de Talca, el escenario de temperaturas extremas por sobre los récords registrados, se va a producir potenciado por una conjunción de variables oceánicas y atmosféricas inéditas en el clima, que impactarían fundamentalmente en los meses de diciembre, enero y febrero próximos. De hecho, el Gobierno se adelantó y ya decretó Emergencia Preventiva en 13 regiones en caso de incendios forestales.
Un verano con una ola de calor sin precedentes podría afectar la zona central de Chile en diciembre de este año y enero y febrero de 2024, según coinciden científicos, Por lo mismo, el Gobierno se adelantó y ya decretó Emergencia Preventiva en 13 regiones en caso de incendios forestales.
Según un informe de Conaf, titulado “Análisis de Incendios Forestales Temporada 2023-2024”, a contar de octubre y diciembre habrá una mayor probabilidad de incendios forestales en la zona centro sur del país. Esto, a causa de la intensidad de combustibles vivos y muertos, además de escenarios de vientos.
La estimación es parte de un fenómeno mundial, en el marco de lo dicho por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que a fines de julio anunció que se había acabado la era del calentamiento global, pues comenzó la de la “ebullición global”.
Las declaraciones se conocieron justo el día en que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informaba que el mes de julio de este año fue el más cálido jamás registrado por la humanidad.
El fenómeno, de hecho, ya llegó al hemisferio sur. Este lunes, medios brasileños informaron que, en medio del invierno que vive el país, la temperatura alcanza los 40 °C en algunos lugares, con Sao Pablo registrando 32 °C.
“Estas elevadísimas temperaturas para esta época del año no son habituales –solo como alguna excepción en el último siglo–, pero este fenómeno, para las autoridades encargadas de verificar el clima y la meteorología del país son otra evidencia del cambio climático”, informó un medio argentino.
Patricio González Colville, magíster en climatología e investigador del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, ha realizado un análisis proyectivo sobre las probabilidades de los escenarios de eventos cálidos y olas de calor.
Este análisis se centra en las ciudades de Santiago, Talca, Chillán y Los Ángeles. González Colville explica que “es interesante analizar cómo se han comportado térmicamente estas ciudades en el siglo XXI, caracterizado fundamentalmente por una megasequía iniciada en 2007 y que, transcurridos 17 años, aún persiste”.
La temperatura máxima extrema de Santiago fue de 38.3 °C en enero de 2019; en Talca, de 39 °C en enero de 2017. La ciudad de Chillán registró 41,6 °C en febrero de este año; también alcanzó 40 °C y 41,5 °C en los meses de febrero de 2019 y enero de 2023. Por su parte, la ciudad de Los Ángeles tuvo su récord térmico en enero de 2017, con 42,2 °C; además, en febrero de 2002, 2019, 2021 y 2023, registró máximas extremas de 40,1 °C, 40,4 °C, 40,2 °C y 39,9 °C.
Al respecto el experto detalla que hay cuatro factores que considera este modelo probabilístico: primero, la inusitada alza de la temperatura de la Tierra, que en algunos días de julio alcanzó los 17,23 °C, que significa 1 °C por encima de su valor promedio.
Segundo, un evento de El Niño que podría ser fuerte o muy fuerte, y que ha elevado la temperatura superficial del mar entre 1,2 °C en la zona ecuatorial central y 3,5 °C en la zona costera peruana, abarcando también gran parte de zonas ribereñas del norte en Chile.
Tercero, el inusitado calentamiento del océano. Los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) han constatado que los océanos han alcanzado el récord de calentamiento: 21,1 grados de temperatura media en el planeta. Se trata del agua marina más caliente desde que hay registros, es decir, en 45 años. Una temperatura que nunca hasta este momento se había alcanzado.
Y cuarto, el desplazamiento y robustecimiento del anticiclón del Pacífico (altas presiones subtropicales). Los estudios evidencian que, desde el año 1950 hasta 2022, el anticiclón tuvo una expansión hacia el sur con una marcada influencia meridional.
Además, se evidenció una asociación espacial significativa entre la temperatura global y la presión atmosférica a nivel del mar en el periodo 1950-2022, ratificando que un calentamiento global estaría generando un desplazamiento e intensificación del anticiclón subtropical cálido (celda de Hadley), especialmente en las costas de Chile centro-norte y centro del océano Pacífico.
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